martes, 11 de noviembre de 2008
PASEO DEL ALMA
1. [22/08/1998]
Así como se ramifican los brazos de un río y las ramas de los árboles, como se ramifican también los cabellos, como se ramifican las raíces de los árboles y las plantas, como se ramifican los sonidos y vuestros pensamientos, así el Alma es Una y se ramifica en infinitas formas, de hombre, mujer, animal, vegetal, polvo y nube y arco iris.
2. [23/08/1998]
Duermes durante largos años hasta que un día, no un día humano, si no un día divino del alma, se realiza el encuentro y espíritu y alma se encuentran y se unen y son solamente Uno.
“Dios mío, haz de mí Tú Mismo.
Limpia las almas que son aún atraídas por el mal que está en ellas como una semilla que ha caído del árbol antes del tiempo, y no ha madurado al dulce Sol del Amor”.
Las campanas suenan a la Resurrección de Dios en el corazón del hombre.
Resurrección: cada día, cada hora, cada minuto vivido conmigo (con Dios); “¿Qué miráis? A Jesús que resucita”. Jesús ha resucitado, pero dentro de vosotros, no en el tiempo o en el espacio, ha resucitado dentro de cada uno de vosotros en el tiempo presente que es el Presente Eterno, inalterable y Mío.
Como una nebulosa que está destinada a desaparecer, el alma encontrará su Camino hacia Mí dentro de ella misma: camino claro y sinuoso. Largo Camino bordeado de arboledas de Amor.
El alma, cuenta sólo el alma, y no el cuerpo: el cuerpo es pesado y pasajero y envuelve por un breve instante una cosa mucho más grande y eterna.
Envuelve a cada ser humano en paños dorados y ponlo en una gran cuna de Amor para que madure a Mi Sol.
Tu Comunión es conmigo, cada día, cada hora, cada momento de luz y de día y de noche y siempre.
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