miércoles, 12 de noviembre de 2008

LA VOLUNTAD


Inefablemente inescrutable para el hombre Dios se presenta bajo múltiples formas y existe en cada una de Sus criaturas creadas y creadoras.
Hasta la más pequeña partícula de polvo recoge y encierra en sí misma la Esencia divina, como cada cuadro encierra la mano, la mente y la idea del artista; como cada fruto tiene una semilla; como cada flor tiene su cáliz lleno de otras flores.
En el inescrutable devenir de las cosas Dios se realiza a priori y a posteriori, y es el Siempre Presente.

El viento tiene su vida propia y al contemplar su rápido movimiento el hombre comprende la existencia de una fuerza sublime que mueve las aguas, el aire, el cielo.
También en el cielo todo es movimiento y no hay nada que sea estático, del mismo modo que aquí en la Tierra cada cosa oculta un movimiento de moléculas.

Es la hora de ir hacia la meta y saber que al final del camino está el encuentro real de cada alma con su Dios y Creador.

Destinado a la felicidad, el hombre ha oscurecido la Luz porque no ha creído, y lo que el hombre no cree no se puede realizar. El milagro consiste sólo en creer. Cree y todo se hará realidad.
En la voluntad de creer reside la realización de Dios dentro de cada uno de vosotros y, una vez realizado como individuo, cada uno de vosotros será el Dios universal, absoluto, libre y verdadero. Libre porque no estará oprimido por tantas “cadenas” impuestas por el hombre a Su imagen; verdadero, porque Él es; absoluto porque es sólo Él; universal, porque Él es el Universo.

Volverás a ver a las personas como esencias, ya no como cuerpos portadores de Luz, sino como esencias divinas que tienen un camino que hacer, un camino de reconocimiento.
Cuando el espíritu esté afligido y tú creas que sufres, levanta los ojos a tu Dios que está dentro de ti y no te abandona.
Él no abandona nunca. ¿Cómo podría hacerlo, si está dentro de vosotros? Sois vosotros los que, metidos en vuestros caminos, no sentís Su aguda presencia y vagáis como almas en pena buscando descanso fuera de Él, cuando Su manantial, que está dentro de vosotros, apaga todo tipo de sed.

El Gran Regreso del creyente será como una fiesta de amor entre Dios y el hombre que Le ha reconocido y Le ve y Le siente y Le ama, y Él estará aguardando con las manos extendidas como Padre Absoluto, Amor total, Bien infinito.

El hierro debe pasar por mucho fuego, por una gran llama, si quiere ser duro e indoblegable. Tenéis que llegar a ser hierro y ya nada podrá destruiros.

67. [16/1/1999]

El alma es como un bloque de mármol en el cual tú puedes esculpir, un bloque de mármol que existe en cada uno de vosotros (metáfora) y que puede tomar múltiples formas dependiendo de cada uno de vosotros. Las múltiples formas son el fruto de los dones de Dios, y a más dones más formas, hasta una sola forma, la Forma, la Suya, que se identifica con todas las formas.

Una vez eliminadas las superestructuras queda la Alquimia del ser y nada la puede destruir. ¿Qué es la Alquimia del Ser? Es la existencia misma que se transforma en múltiples formas, hasta el regreso a la Esencia y, Alquimia del Ser es cada criatura que acepta la Prueba de Ser.

Cada hombre está destinado a ser Dios en su Gran Regreso a la verdadera realidad de la plena conciencia del Bien dentro de él.

El alma ha superado el umbral del ego y ahora vaga feliz una vez que ha alcanzado la unión con el Ego que es el Señor y Amo de todas las cosas creadas y no creadas.

68. [17/1/1999]

Coge en tus manos tu vida y haz de ella una obra de arte. Observa alrededor de ti todo lo que te agrada hacer y hazlo, de este modo te realizas a ti misma y realizas a tu Yo. ¡Adelante! Dios ve y provee.

69. [18/1/1999]

No pienses tanto en las cosas que no es posible hacer, haz todo lo que esté en tus manos, usa tu tiempo, divídelo en horas exactas de ocupaciones y sé útil para ti y para el mayor número posible de personas. Mira alrededor y no sueñes. La vida, tú lo sabes, no es un sueño y muchas de las cosas que se pueden hacer, las debes de hacer tú.

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