miércoles, 12 de noviembre de 2008
LA VOZ DE LA NATURALEZA
La voz de la naturaleza
Yo he dado la voz a las hojas, al igual que a las cuerdas vocales cuando el aire pasa entre las ramas. Yo he dado una voz a todo lo que existe.
Todo emite un sonido: cuando una roca se despeña y va rodando hacia el valle, el agua, los pájaros. Todo es Sonido y Sustancia.
¿Cuántos son los sonidos? ¿Mil? ¿Dosmil? ¿Más de dosmil? ¿Infinitos? Infinitos. Cada cosa, cada animal, cada ser tiene su sonido propio: Mi Sonido fragmentado en mil sonidos. Esto es lo que Yo soy. El zumbido de las moscas, de las abejas, las hojas del tilo, cada hoja suena de manera distinta.
¿Y el perfume? ¿Cuántos son los olores y los perfumes? ¿Mil? ¿Dosmil? ¿Infinitos? Infinitos.
¿Cuántos son los timbres de la voz? Infinitos.
¿Y los colores? Infinitos. Difuminados, más vivos, pálidos, claros, más oscuros.
Los sonidos, los colores, las formas; hombre, escucha los sonidos y mira los colores y las formas y veeme a Mí en todas las cosas.
Mirad y ved. Oid y escuchad y sed Yo en cada instante de vuestra vida terrenal y así seremos Uno de manera consciente como ya somos uno de manera inmanente.
Cada ser humano-divino tiene a su Cristo dentro de él que le habla y le dice, y Su Voz suena dentro de él y es la Anunciación.
¿Por qué no escucháis vuestra Anunciación? Yo os hablo en el corazón de la noche, al alba y a la puesta del sol Yo os hablo, Me anuncio
Pinta una Anunciación que sea sólo tuya.
La Anunciación de Dios al hombre: no a una sola mujer, sino infinitas, a cada ser humano-divino.
14. [21/09/1998]
Cuando Dios habla en ti, callan todas las cosas y todas las voces son como un recuerdo lejano.
15. [22/09/1998]
Yo existo dentro y fuera de vosotros, os veo desde dentro y desde fuera, os veo correr y corro con vosotros. Así como el corazón del ciervo corre con el ciervo, así Yo soy dentro de vosotros y vosotros dentro de Mí.
16. [25/09/1998]
¿Cómo se puede ser el Ser? Escuchando. ¿Escuchando qué? Escuchando todo: el viento, el canto de los pájaros, el murmullo del agua, el grito de un niño: escuchar, porque todo es Dios.
17. [29/09/1998]
La segunda venida de Cristo es la armonía en vosotros, con vosotros, por vosotros.
18. [3/10/1998]
No es fácil decir a Sus criaturas quién es Dios, como no es fácil transmitir la inenarrable Esencia de todas las cosas.
La Esencia hay que comprenderla y vivirla, no se puede transmitir porque es la pura Existencia, como cuando no se puede transmitir un color porque cada ojo lo ve de una manera distinta.
No te preocupes de lo que hacen o no hacen, sienten o no sienten los demás hermanos de la Tierra, tú eres tú, integralmente tú y si cada uno es sólo e integralmente sí mismo en Dios, con Dios y por Dios, es un ser completo y absoluto.
No mires lo que hacen los demás, sé tú misma y no preguntes. La mayoría de las cosas humanas no tienen valor porque no han nacido del amor. El Amor es omnipresente y omniausente, porque omnidesconocido para la mayoría de vosotros que no levantáis la mirada de la Tierra y camináis sin mirar las estrellas.
Las estrellas son vuestros guías como faros en vuestras noches y vosotros no lo sabéis.
Las estrellas tienen formas armoniosas y todas tienen un significado más profundo que el nombre de las constelaciones.
Ser estrella y luego constelación y luego galaxia, es el gran camino del hombre: cada vez más lejos, cada vez más cerca, cada vez más sí mismo, cada vez más Yo Mismo, cada vez un grado más alto de amor.
Imagina un mundo diferente a éste, donde todo es oro y luz, y cada hombre, sin cuerpo y sin materia, completa su luz con la luz de los otros y su existencia es un intercambio de luz, y sus palabras son un efluvio de luz y su mente es una central de luz y su existencia es un único, interminable rayo de luz, como un largo atardecer, como el reflejo de la luna en el mar, como si el sol diera su calor a otro sol y a otro y a otro y todos “viven” a un “nivel más alto” y sol es Jesús Cristo y aquel que camina en la Palabra de Dios, también es sol.
19. [5/10/1998]
Me gustaría que aprendieseis a tener otra idea del tiempo para hacerlo “comestible”. Comed el tiempo, manipulad el tiempo en vuestras manos (en el buen sentido de la palabra), como miga de pan, como la cera virgen recién salida del panal, como la tierra mojada, como la creda, como la masa del pan recién hecha.
Esto es el tiempo, vuestro tiempo, y vosotros estáis sometidos a él como si estuvierais bajo la inmensa campana de una chimenea oscura y cubierta de hollín que no os deja ver y no os deja respirar.
Sé arado de Dios en cada una de las cosas que haces; sé arado y manos de Dios en los campos aquí en la Tierra, y el arado labrará a fondo la tierra y de sus surcos profundos y oscuros saldrá una nueva mies para la Tierra, y será una mies, fecunda de espigas altísimas que casi tocan el cielo y se mueven al Viento, a Mí Viento.
Yo seré el Arado y tú Mis manos.
Cuando llega el día del Adiós, cada ser humano deja su cuerpo y emprende un nuevo camino que le lleva hacia Mí. En el camino encuentra a quien le tiende la mano de mil maneras distintas y le tienta de mil formas.
Distraído por miles de colores y de formas y de olores, el hombre que ha muerto busca la vía y no siempre la encuentra. El camino es uno sólo, pero infinitas son las apariencias y las formas que el camino puede tener, pero UNO y uno sólo es el camino para quien ha amado a Dios sobre todas las cosas, porque después todo es sólo Luz.
El camino es uno sólo pero muchas almas no tienen el valor de ir hacia la Luz, porque no se consideran dignas y llegan a una de las infinitas orillas que forman el mundo de la Nada, donde no hay materia y todo es más incorpóreo, y no siempre tienen el valor de alejarse de allí y emprender otro camino, y se quedan allí durante siglos de tiempo humano, y vuelven a la Tierra con tal de no hacer el gran paso para ir donde Yo estoy y donde se concluye el ciclo (cuando llegáis donde Yo estoy).
Otros se detienen en “tierras” que no les corresponden, y cuando uno de los seres de Luz va a su encuentro, aceptan su ayuda y su ofrecimiento a cambiar y van hacia la Luz. Otros no, no aceptan su ayuda, se sienten indignos o rebeldes u obstinados y no quieren ver la Luz y van donde hay luz, pero que no se ve y se quedan en la “oscuridad” aparente que su mente crea junto con la mente de otros como ellos, y acurrucados sobre sí mismos no escuchan y no quieren cambiar de lugar.
Vuestra libertad de elección rige también después de la “muerte” y en vuestra elección vuestra libertad es absoluta, como aquí en la Tierra hay quien quiere vivir a la orilla del mar, o de un lago o en la montaña.
Exactamente de esta forma, por afinidad de vibraciones, las almas se agrupan y escogen compañeros, “pueblo”, trabajo, amigos y familia. Hay quien no forma una familia y hay quien tiene más de una; hay quien vive solo y pasa su tiempo pensando; hay quien pinta; quien toca un instrumento; quien baila; quien canta; quien ve la televisión, existe también la televisión; hay quien tiene una tienda y vende.
Es como en la Tierra, sólo que la materia es distinta, es igual a la de la Tierra, pero no tiene peso. Las formas y los colores son los mismos pero no tienen peso.
Perros y animales habitan esos países y la vida es como en la Tierra, pero sin peso.
Muchos y diversos son los países en los cuales el alma puede ir a vivir, pero el Gran Mundo de Dios donde el Omnipotente vive es UNO, UNO sólo.
Escalón tras escalón, mundo tras mundo, el hombre sube las escaleras de sus vidas y cada vida es un momento, no en el sentido de tiempo, que allí no cuenta, sino que es un momento en el Todo.
En lo Inmenso sois como el pulvísculo atmosférico en movimiento.
20. [7/10/1998]
“Tumba” es solamente aquel que no responde a la llamada de Dios.
¿Qué es la “magia” del amor? Es lo que Yo hago con vosotros: Yo os doy y vosotros transformáis y no hay nada más bello. Toma en tus manos un puñado de arcilla y dale una forma, una cualquiera: cualquier cosa que tú hagas es Creación.
Aprended a mirar con mucho respeto cada cosa, cada idea, a cada nombre. Hay que respetar, proteger, amar y cuidar todo aquí en la Tierra, y aunque todo se pierda, todo sigue más allá de la Tierra, más allá del horizonte, más allá, simplemente más allá.
En la Creación nada es igual a nada, sólo Yo a Mí Mismo y vosotros a Mí, pero Yo amo las formas, los colores, los olores y los sonidos, que son infinitos; amo el alba y el atardecer, porque son infinitos.
21. [8/10/1998]
Todo es Dios, todo respira vibra y palpita: escucha el vibrar de las flores, el respirar de las plantas; escucha en el silencio el latir del corazón de la luna, el latir del corazón del sol, de las estrellas, de los planetas, de la Tierra y del Universo. Escucha el latido del Corazón del Gran Universo Único, es casi un estruendo, es infinito y verdadero y real.
Tus ojos se abrirán sobre el Mundo más allá de la Tierra y del Cielo, y abrirás tus manos y serán como planetas habitados; abrirás tus manos y serán como espigas doradas; abrirás tus manos y serán como copos de nieve; abrirás tus manos y serán como el rocío; abrirás tus manos y serán Verdades como mundos y como seres vivos y el Rostro de Dios te aparecerá entre las nubes.
“Dios mío enséñanos a ver, enséñanos a verte, enséñanos a verte en todas las cosas creadas; enséñanos a ser Tú”. Esta es nuestra oración.
22. [9/10/1998]
El Amor es una Semilla, una Semilla que hay que sembrar para luego recolectar vida en todos los seres humanos.
23. [12/10/1998]
No enumeres nunca a las personas y las cosas que no tienes en este momento, vive y enumera sólo lo que tienes, que es el Todo.
El Gran Arquitecto Autor de todas las cosas os ha creado a Su imagen y semejanza. ¿Qué quiere decir? Quiere decir que el AMOR os ha dado la capacidad de amar y en el Amor os ha creado iguales a Él: para amar y ser amados.
Estas palabras las ha dicho Jesús.
24. [17/10/1998]
Es fácil olvidar las ofensas, pero no siempre es fácil defendernos de nosotros mismos ante las ofensas. Somos un enorme cúmulo de sensaciones, de emociones, de sentimientos a veces opuestos, de aspiraciones, recuerdos, deseos, nostalgias, ideas e ideales y esta enorme mezcla no es fácil de encauzar en un único camino, pero este Camino existe y soy Yo.
25. [25/10/1998]
En el aprisco duermen seguras las ovejas y no las moja el agua fría de la lluvia porque el pastor ha construido un tejado sólido por dentro y por fuera, del mismo modo cada alma-ser humano que cree en la Palabra, es como una oveja dentro del aprisco y Yo le protejo del Frío, del Gran Frío.
26. [27/10/1998]
Aprende a ver en cada persona a una persona especial, porque especial es cada ser humano.
27. [2/11/1998]
Cuando la Verdad se asoma risueña a la mente del hombre, las cosas terrenales son como hojas secas de otoño que tienen su belleza, pero no sirven más que para dar belleza y abonar un poco la tierra.
28. [6/11/1998]
Hielo son algunas personas en las cuales todavía no brilla la Llama que lo derrita y lo transforme.
Del mismo modo que una llamita, por pequeña que sea, puede llegar a quemar un bosque o una ciudad, la pequeña llama que hay en cada ser humano puede arder y quemar en sí misma, por sí misma y consigo misma, a miles y miles de seres humanos, y de llama en llama llegar a ser la Gran Llama Creadora que da la vida.
29. [25/11/1998]
No tienes otra cosa que hacer más que avanzar sin detenerte. No tengas nunca miedo. No temas. Estás en Mis manos y Yo nunca dejaría que se perdiera una criatura Mía.
Todo está en Mis manos, está, en el sentido no solo de estar, de estar dentro, sino de vivir en Mis manos.
Las almas están sólo de paso en la Tierra.
Cada uno de vosotros tiene su parte astral que se mueve independientemente del cuerpo y decide y vigila y observa y pide y quiere y exige y aprende.
Vuestra misión es ser el Ser.
No tergiverses las Palabras de Dios y deja que la energía fluya en tus venas y sea tu vida.
30. [26/11/1998]
Cada hombre debe ser Luz total, no sólo un reguero de Luz, que de poco sirve en la Tierra Celeste, lugar donde van los seres humanos después de su “muerte”.
De nada sirve un reguero de Luz, allí es necesario ser Luz total.
El camino es largo y tortuoso, pero existe, y en la materia invisible que os rodea, hay miles de millares de puertas y de caminos que con el cuerpo abrís y recorréis realmente y por decisión vuestra.
Miles de millares de puertas y de caminos recorréis sin saberlo con una parte de vosotros, y aquel camino es la Vía de la cual hablaba Jesús Nazareno.
Las puertas son puertas reales y las verás abrirse delante de ti no para la “muerte”, sino para la Vida. La Vida.
Cada ser humano tiene su puerta y solo él puede abrirla y es el Camino del Regreso a Mí, el Gran Regreso.
31. [27/11/98]
Un enorme espacio circular se abre alrededor, libre y despejado. Se dilata en círculo, con un movimiento real: es una gran circunferencia y la Luz lo invade y el espacio contenido en la circunferencia se dilata y se ensancha más y más y más.
Lejos, realmente muy lejos, está el Gran Espacio donde habita Dios Todopoderoso.
Destino del hombre: la Luz. Retorno a la Luz. Su Luz inicial: generado con y por la Luz, eterno desde el principio, ha perdido el camino en el bosque de su inconsciente oscuro, y no tiene fe en el Dios que está dentro de él.
¿Cuánto tiempo deberá pasar todavía en la nada (el estado actual del hombre)? Muy poco. Depende de cada uno de vosotros que sois coautores del Gran Regreso a Dios.
Por el Gran Retorno humano a Dios, el aire del Cosmos se hará más fresco y el Cosmos se expandirá.
32. [28/11/1998]
Cada vida, incluso la más “miserable”, está programada, y todo forma parte de un plan divino. Libertad es la que tenéis de elegir casa y planeta y genética humana. No elegís a los padres, sino a aquel patrimonio genético que por desarrollo y evolución más os interesa heredar en la Tierra.
No dudes jamás de que cualquier cosa que hagas, cualquier persona que conozcas, cualquier programa que emprendas, todo, todo, todo, ha sido ya organizado antes, allí arriba, entre las estrellas y nada, nada, nada ha sido dejado a la improvisación. Todo ha sido ya programado desde hace tiempo: es inútil cualquier tipo de lucha contra aquello que vosotros mismos habéis programado y elegido.
33. [29/11/1998]
En la Tierra el alma es prisionera del cuerpo, prisionera porque si tuviera plena conciencia de la Presencia de Dios en ella, tendría la libertad de expandirse y de ser. Así como están las cosas, muchos son los límites y te tienes que atener a ellos.
El alma se expande solo en el vórtice de la Gran Verdad, y la Gran Verdad es Una y no está fragmentada. Esto no quiere decir que en cada uno de vosotros no hay conciencia de una parte de la Verdad, en unos más y en otros menos, pero la conciencia real y absoluta es fruto sólo de una gran sabiduría: saber que Dios está realmente dentro de vosotros, y que nadie Lo puede mover de ahí y esa conciencia de Su Presencia es eterna, y es la que os lleváis allí arriba.
Allí arriba, quiere decir el lugar donde la materia no pesa y las vibraciones del alma son más elevadas y frecuentes.
Es deber ineludible de toda alma constituida (completa), completar en su proceso a otras almas en formación.
¿Cuándo está constituida o sea, es completa un alma? Cuando cada una de las partes que la componen es filtro y esencia. Filtro, porque deja pasar las cosas según sirvan o no sirvan; esencia porque existe. Simplemente existe.
Cuando ves que el sol se levanta allí en el horizonte, y se ilumina toda la casa y cada cosa adquiere su rostro real y nada parece confuso, entonces tú sabes que ha llegado el momento de actuar. Actuar quiere decir ser Luz en cada instante, no solo con los demás, sino incluso más con uno mismo.
Ser Luz con uno mismo quiere decir llenarse de Luz, y llenarse de Luz quiere decir callar y escuchar. Escuchar hasta la más pequeña brizna de Luz, escuchar aquella rama de mimosa y la yedra en el fondo del jardín y creer. Creer en un único Dios, Autor de todas las cosas, incluso a través de vosotros que sois sus coautores.
La necesidad de estar con los demás es sana y provechosa, ya que el hombre no puede estar sólo aquí en la Tierra, y es absurdo negarlo y afirmar lo contrario.
La Tierra es una escuela real de vida y hombres y mujeres son compañeros, y ya no son solamente individuos, sino bloques de varias almas en una. Es decir que, para su experiencia directa, es un alma fraccionada en muchas múltiples formas, llamadas cuerpos.
La humanidad es como una peonza que da vueltas de manera inconsciente, sin saber que su gran destino es salirse de la órbita de la Tierra e ir al Cosmos.
Una peonza sin conciencia es cada uno de vosotros cuando no tiene conciencia de la presencia de Dios en él, y da vueltas y vueltas sobre sí mismo en un espacio angosto y reducido, y pierde de vista las cosas más bonitas y más verdaderas, ¿en busca de qué? En busca de sí mismo.
A veces os puede parecer severo el destino del hombre, pero no es así, sólo en las duras pruebas, que son el examen de la vida, la naturaleza humana descubre en sí misma la naturaleza divina, y entonces todas las cosas cambian de forma y de color y ya nada es como antes y, haciéndose eco de otras almas, las almas responden.
34. [30/11/1998]
Célula
Célula en la célula
Célula dentro de la célula
Embrión dentro de la célula
Evolución de la célula
Línea ininterrumpida de la célula
Esto es el universo que se contrae, se encoge,
se amplía, se estira, se alarga,
según qué grado de conciencia tenga el Cosmos
de la presencia de Dios en él.
La forma no es sólo una, sino muchas.
¿Cómo podéis pretender comprender lo infinito del Cosmos, si no conocéis ni aceptáis la idea de lo infinito en vosotros mismos? ¿Cómo es posible que imaginéis tener ni la más mínima certeza sobre el Cosmos, si no veis el Cosmos que está en vosotros y en los demás?
¿No os parece ridícula una hormiga que se pusiera a hablar de astrofísica, apuntando con el dedo hacia la bóveda estrellada y sin saber ni siquiera dónde se encuentra su hormiguero?
Así, en el inmenso Cosmos, la inmensa pequeñez del hombre apunta con el dedo índice hacia la bóveda estrellada y emite fórmulas y ecuaciones como un robot cargado a mano.
Todo escapa aún a la comprensión del hombre y pocos intuyen formas y colores y nadie comprende la Esencia del Cosmos, que es Dios en cada una de sus partes.
En el movimiento del pulvísculo atmosférico, en la pared de loto de una estrella, en el gusano que se mueve en la tierra, en el olor de las flores, en el silbar del viento entre las hojas: todo es voz y color y presencia de Dios y no hay nada, nada, nada sin Su Presencia.
35. [1/12/1998]
Deja que crezca dentro de ti la certeza del Yo divino que fabrica todas las cosas inherentes a la mente, al espíritu, al alma, al cielo, a la Tierra, a los planetas, al bien, al mal, mal en el sentido de desconocimiento y ausencia de la conciencia de la presencia de Dios en las cosas creadas y en vuestras almas.
Protege a tu Ego divino de cualquier soplo de viento helado que infunda miedo y horror. Protege a tu alma que, única y sola (en su individualidad), debe de subir cada uno de los miles y miles de peldaños hacia el Bien.
Cada momento vivido debe ser vivido en Él, con Él y para Él, y así cada hombre se encontrará a sí mismo.
Cada hombre debe encontrarse a sí mismo en la complejidad del Cosmos y de sus microcosmos. Sin búsqueda es inútil la subida que nunca es gratuita, en el sentido de que no es un regalo. Nada nos es regalado, en el sentido que a nadie se le da ninguna cosa sin su esfuerzo y fatiga porque, ante la inmensidad de la obra, el esfuerzo y la fatiga son partes integrantes del Ser.
Íntegra el alma vuelve (por así decirlo) al Creador. El alma no vuelve, el alma toma conciencia, que es algo completamente distinto.
La conciencia de la Presencia de Dios os permite descubrir la Esencia en vosotros y alrededor de vosotros. No tenéis necesidad de nada más. Solamente de saber qué es y dónde está la Esencia.
De generación en generación se ha estado esperando tu reconocimiento de Dios como Padre, y ahora ha concluido tu ciclo de pruebas.
El alma al fin se ha rendido ante la Gran Evidencia y es, simplemente es consciente de la Presencia de Dios en ella.
Desde ahora en adelante todo será diferente. Otra vida. Otro existir. Otro vivir. ¿Comenzar de nuevo? No, una continuidad del ser en cada una de sus formas. Ser con el Ser. Esto es la Esencia: Ser con el Ser y nada podrá cambiarlo.
Ser con el Ser.
36. [3/12/1998]
Al alma que es consciente de la Presencia de Dios en ella, le es dado comprender su Filiación Divina.
37. [5/12/1998]
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